Los mexicanos somos una raza mestiza por excelencia, pues estamos compuestos por personas de todos los colores, aspectos, ideologías, religiones, etc. Por lo tanto, y alejándonos de los estereotipos, podríamos creer que sería muy difícil ubicar a los mexicanos en el extranjero.
Sin embargo, esto no es del todo cierto y después de que leas las 10 cosas que nos pueden delatar en otros países, te darás cuenta de que muchas veces, somos mucho más obvios que trayendo nuestra playera verde o una bandera tricolor.
1.- La cordialidad hecha persona
Aunque no nos libramos de uno que otro grinch, es completamente cierto que la mayoría de los mexicanos estamos caracterizados por un comportamiento cordial y bastante cálido. Los abrazos y los besos son de lo más común al saludarnos, las sonrisas las repartimos cual Miss Universo y preferimos dar instrucciones “no tan certeras” a quien nos pregunta por una calle, que no decirle nada.
Así que, si ves a alguien sacado de onda por la “rectitud” alemana o por el formalismo japonés, seguramente será una o un compatriota.
2.- Que comience la fiesta
La alegría está en nuestras venas y a una buena fiesta nunca se le dice que no. Desde tu cumpleaños hasta “tu Santo”, desde fiestas de bienvenida hasta fiestas de despedida y desde el Día de la Madre hasta el Día de la Secretaria, cualquier motivo es bueno para sacar las serpentinas y llamar a los amigos.
Por lo que, si quieres ubicar a los mexicanos en el extranjero, pregunta por la organizadora de la reunión, o ubica al grupo más divertido de la fiesta, pues seguro los encontrarás ahí.
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3.- ¿Tendrás alguna salsita?
Nuestra gastronomía, además de ser una de las más deliciosas en todo el mundo, es única por sus ingredientes y características. Así que no es raro encontrar a mexicanos en el extranjero, pidiendo alguna “salsita” o algo más “picosito”, o ya de plano unas 4 tortillas para acompañar el plato.
No obstante, no te confíes, pues hay comidas como las tailandesas que son afectas a chiles y condimentos iguales o más picosos que los nuestros; no somos los únicos masoquistas que amamos sudar y comer al mismo tiempo.
4.- ¿Mamá?
Los mexicanos(as) somos de las culturas con más apego a la familia (en especial a nuestras mamitas) y aunque esto no tiene nada de malo (a menos de que tengas 40 años y tus papás te sigan manteniendo), es una característica muy especial de nuestro manejo emocional.
Así que, si por ahí escuchas a alguna persona reportando su llegada o prometiéndole a alguien a 400,000 km de distancia que llegará temprano, probablemente este o esta sea un mexicano en el extranjero.
5.- Te lo mando en un “ratito”
Tal vez por nuestra naturaleza amable y nada propensa al enfrentamiento, es usual que los mexicanos usemos frases como “lo tienes en un segundito”, “llego en un ratito”, o el siempre usado, “te lo mando en un momentito”.
Por lo que, si ves a otro extranjero confundido porque ya pasaron 2 horas después de la promesa de recibir algo en “un ratito”, seguro te puede contactar con algún mexicano en el extranjero.
6.- No quiero decirte que no
Tal vez como parte del punto 1 y 6, a los mexicanos en general nos cuesta muchísimo dar un NO tajante, pues solemos pensar que podríamos ser tomados como personas groseras o rudas.
Así que pon atención y si ves a alguna persona dándole vueltas a un asunto, haciendo promesas imposibles, o divagando en busca de una buena respuesta, probablemente sea un paisano.
7.- Por ahí no se cruza
Cruzar a la mitad de las calles con un puente peatonal alado, echarse una carrerita porque sí alcanzamos el amarillo, o caminar entre carros, pueden ser algunas de las cosas que (con vergüenza) pueden delatarnos como mexicanos en el extranjero.
Y aunque todo este panorama cívico está mejorando gracias a diferentes campañas de concientización en nuestro país, algún despistado o despistada seguramente estará cometiendo alguna de estas faltas, por lo que (con algo de penita) también puede ser uno o una de nuestros compatriotas.
8.- El español mexicano
Además de los acentos entre los diferentes países que hablan español, el nuestro es dignamente adornado por expresiones únicas como “guey” y otras que empiezan, por ejemplo, con “ch” y con “c”, dichas sin miramientos y de todo corazón por la mayoría de nosotros.
Por lo tanto, si tienes duda de la nacionalidad de esa persona que está hablando español, solo espera unos minutos, y probablemente alguna de estas palabras te dé el veredicto inapelable.
9.- Adictos a los souvenirs
Un llaverito para mi tía, un dulce típico para mi mamá, una postal para mi novio, un muñequito para el portero… sí, en definitiva, queremos llevarnos todo porque al final ¿qué tal que no regreso en 30 años? o lo que es peor ¿qué tal que Juanito el de la puerta se entera que le traje un llavero a Doña Tere y a él no?
Sea cual sea la razón, queremos comprar de todo y cargar hasta con el perico. ¿resultado? punto menos para le economía mexicana, punto más para el turismo extranjero.
10.- Confiados y abiertos
Tal vez como la suma de todos los puntos, no será raro que, si ves a alguna persona contando toda su historia familiar y sus traumas de chiquito, o si llevan media hora en el lugar y ese alguien ya está abrazando a otro o diciéndole amigo, ¡felicidades! probablemente encontraste a otro mexicano.
Y es que, aunque puede ser tomado como virtud o defecto, los mexicanos somos (en su mayoría) abiertos y confiados al conocer a otras personas, sin duda, amigos no nos faltan.
Mexicanos en el extranjero
Una cultura no puede ser estereotipada, pues es más que claro que todos somos diferentes y que no compartimos todas las características o rasgos de personalidad.
No obstante, también es un hecho, que el haber crecido en el mismo país, con la misma cultura y el mismo tipo de costumbres, nos hace similares en muchos comportamientos y actitudes.
Y en nuestro caso al ir al extranjero a estudiar, trabajar o disfrutar (con la excepción de una que otra pequeñísima falla cívica) los mexicanos somos delatados por excesos de amabilidad, confianza, apertura y alegría; lo cual en general, nos hace personas bastante amigables y adaptables, simplemente, ¡perfectas para viajar y vivir por el mundo!